Entrega segunda

 


 

Decía que la génesis de esta novela se produjo de la siguiente manera: comencé a escribir sobre la psicodélica odisea de un astronauta que se queda colgado en una órbita solar (el principio de este texto se puede leer en la entrada anterior), lo que creía que no iba a abultar más allá de 200 páginas, y a ello me puse con todo ahínco. Me entretuve durante una temporada, y al final, tras varios meses de narrar aventuras diversas (y luego armar el resultado), lo que tenía entre las manos eran unas 900, y el astronauta sólo aparecía hacia la mitad y como un personaje secundario. ¿Baldío intento? Qué va. Estas cosas suceden y tampoco hay que asustarse. En todo caso, se puede uno aprovechar de ello.

Sí, porque durante el proceso, como por arte de magia (esto también sucede siempre), habían surgido de la nada los protagonistas, los personajes principales, que poco tenían que ver con los astronautas.

¿Y quiénes son tales personajes? Pues nada menos que una mujer, una negra antillana procedente de la intrincada selva borinqueña, una niña primero, una chica guapa después..., que merced a las infinitas vueltas de la vida se abre camino en la civilización de las máquinas. El segundo es un cachalote de la mar profunda, que por sus méritos (y bien que los tiene, e insospechados) mereció ser llamado Juan Sebastián, el cantor del océano. Y el tercero, un hombre, uno cualquiera, usted si le place, o yo mismo, que enredado en la tela de araña de acontecimientos que nadie puede anticipar, traba relación con los otros dos. ¿Cómo no se iban a conocer? Sin esa unión no habría novela, ni fábula, ni nada.

Téngase en cuenta que en este libro suceden muchísimas cosas, y que los posts del presente blog son cortos y sólo dan una idea muy vaga de lo que en realidad se cuenta, pero si perseveran en leerlo observarán que las aventuras se amontonan unas encima de otras hasta formar un considerable cúmulo, como si fuera la vida misma.

(Continuaré contando, y en entradas posteriores procuraré insertar retazos del texto, la crème de la crème, que quizá tengan interés para los lectores.)


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